Este estudio, realizado por el equipo de investigación del Grupo ADEMA SALUD del IUNICS, evaluó los niveles de diferentes factores de riesgo cardiovascular como la obesidad, el colesterol, la tensión arterial, la diabetes, el consumo de tabaco y el sedentarismo y se ha realizado una comparación con datos de 2019, prepandemia.
El confinamiento de la población provocado por el COVID-19 ha representado un importante impacto negativo en la salud cardiovascular de la población en edad laboral de Baleares. Así se desprende de un estudio realizado por el equipo de investigación del Grupo ADEMA SALUD del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias de la Salud de la UIB (IUNICS), en colaboración con otros investigadores del Instituto, el primero de estas características que se realiza a nivel mundial y se ha publicado en una de las revistas más prestigiosas del mundo, Nutrients.
El director de Investigación de la Escuela Universitaria ADEMA, el doctor Ángel Arturo López, uno de los firmantes de este estudio, ha explicado que este análisis se ha realizado con los datos recabados de más de 6.000 personas que acudían a los reconocimientos médicos de sus empresas, lo que ha permitido realizar una comparación exhaustiva del periodo de antes prepandemia (2018-2019) y en pandemia (2019-2020).
Informe publicado en la revista Nutrients: En un click, tienes el acceso: Nutrients COVID
Según arroja el estudio, todos los datos demuestran un mayor empeoramiento de los diferentes parámetros relacionados con el riesgo cardiovascular y los hábitos poco saludables, analizados en ambos sexos en el período 2019-2020 (COVID-19) frente al 2018-2019 (preCOVID-19), lo que pone de manifiesto el impacto negativo en la salud cardiovascular del confinamiento de la población.
A los participantes se les determinó los niveles de diferentes factores de riesgo cardiovascular como la obesidad, el colesterol, la tensión arterial, la diabetes, el consumo de tabaco y el sedentarismo entre otros factores y se comparó los datos de antes mencionados con los datos prepandemia.
En las mujeres la prevalencia de obesidad en el periodo preCOVID-19 presentó un ligero descenso del 0,93%, mientras que en el periodo COVID-19 se observó una subida del 17,92%. En los hombres, se observa un aumento del 3,61% en el primer periodo y un 16,86% en el segundo. La hipertensión arterial se incrementó un 5% y un 28,10% en las mujeres y un 6,53% y 14,18% en los hombres, en los mismos periodos. Una tendencia similar se apreció con la diabetes y la hipercolesterolemia con ascensos en las mujeres del 25% y 31,58%, en el primer caso; y 1,79% y 3,02%, en el segundo. En los hombres, las tasas de diabetes y la hipercolesterolemia también sufrió una tendencia alcista durante el periodo COVID, en el primer caso un 9,1% frente al 91,67% y en el segundo un 4,64% frente al 14,1%.
Es el primero de estas características a nivel mundial y se acaba de publicar en la prestigiosa revista NUTRIENTS
Los hábitos saludables también empeoraron con la pandemia observándose un incremento del consumo de tabaco y del sedentarismo en ambos sexos. En las mujeres, el tabaquismo aumentó un 3,51% en el primer periodo y un 11,86% en el segundo (en los hombres un 0,96% y 5,24% respectivamente), mientras que el sedentarismo lo hizo en un 1,04% y 5,64% en las mujeres; y un 3,80% y 15,71%, en los hombres.
Además, si valoramos cómo ha afectado esta situación a las diferentes clases sociales, el Dr. Ángel Arturo López ha asegurado que se aprecia que “tanto en la obesidad, la hipertensión, la diabetes, la dislipemia, el consumo de tabaco y el sedentarismo, las clases sociales más desfavorecidas son las que peores resultados presentan, mientras que las clases más altas muestran unos incrementos menores”.

El director de Investigación de la Escuela Universitaria ADEMA ha concluido que los comportamientos de salud se han visto afectados negativamente durante el confinamiento, “lo que ha llevado a un aumento del sedentarismo en todos los grupos de edad, una dieta poco saludable y, por tanto, asociada al aumento de peso, así como un mayor consumo de tabaco”. Aunque “el sedentarismo ha experimentado una tendencia al alza de manera similar en hombres y mujeres, en todos los rangos de edad, es el grupo de hombres mayores de 40 años el que se han obtenido los peores valores de las variables analizadas, provocando un aumento de múltiples factores de riesgo de enfermedad cardiovascular y la aparición de nuevas patologías que se han traducido en un aumento de la morbimortalidad por todas las causas”.
Programas de salud para prevenir enfermedades crónica no transmisibles
Por su parte, el director general de ADEMA, el doctor Carlos López, ha querido hacer hincapié en una serie de recomendaciones para poder revertir y mejorar estos datos:
- Es necesario poner en marcha Programas de Salud destinados a fortalecer la prevención, promoción y atención de las enfermedades crónicas no transmisibles, como diabetes, hipertensión arterial, tabaquismo y enfermedades cardiovasculares, a toda la población, una patología que ha resurgido considerablemente en todos los ámbitos sociales, tras dos años de pandemia.
- La pandemia ha tenido un impacto diferencial sobre los grupos más vulnerables de la sociedad, sin empleo formal, con muy bajos ingresos. El crecimiento de la pobreza, la indigencia y las desigualdades son una muestra de la importancia de considerar la determinación social en los procesos de salud/enfermedad/atención en estas situaciones postpandemia.
- El incremento de la obesidad debido al sedentarismo y al desequilibrio entre la ingesta y el ejercicio físico, ha provocado la aparición de un mayor número de enfermedades cardiovasculares, con dislipemias severas que se deben revertir. Será necesario reconducir los buenos hábitos prepandemia con dietas responsables en manos de expertos, huyendo de las dietas drásticas difíciles de mantener y aceptar física y psicológicamente, en el afán de recuperar el estado ponderal que teníamos antes de los sucesivos confinamientos y olas de contagios del COVID-19.